lunes, 18 de junio de 2012

Cuando Los Ángeles Lavan El Tejado Del Cielo (1er Puesto - Concurso de Poesía Joven Del Magdalena 2012)




Samuel López Suarez (Santa Marta 1979)

Al leer los poemas de este poeta samario, encuentras la sensibilidad de un ser humano que ha aprendido a esconderla por esa prisa con que corren los días y no nos deja tiempo para reconocernos en un recuento nocturno de lo vivido o sobrevivido, pero al mismo tiempo, ves como esa sensibilidad (típica del poeta) se purifica en ese rincón del alma donde se encuentra agazapado y sale por su fuerza propia en los versos, en la música  que nos regala su poesía.

BREVE PREFACIO

He aquí la luna y el aleteo de la libélula,
aquí el destino de un hombre, destino
que ha sido de otros, aquí la noche: juguete
de amantes y ladrones del tedio.
¿A qué combinar las fuerzas del universo, a qué la espera?
Cada uno busca la poesía como el ciego los labios amados.

PESSOA, POESÍA

La timidez de la luna nueva, sentenciosa como la fecha en el mármol,
en vano sabrá lo breve de nuestros siglos,
en vano también habremos agotado el sabor de la cicuta,
el filo del puñal en la espalda de un emperador,
el dolor en las manos de aquel hermoso judío
y el hastío de tantos años acumulados.
Tampoco servirá la bendición de madre cada mañana,
y mucho menos que los pájaros dibujen esplendores en los aires
para guiar a los muertos
si no vamos al encuentro de la poesía, que nos salvará del olvido,
esa que como suave viento sólo la expresan los cielos
cuando están en su virtud suprema.

TARDES
 
El viento pasa y se lleva la memoria de los árboles,
la lluvia llega para lavar la casa
sucia de palabras desdeñadas.
Te imaginas un lejano país que amas,
–sabes que no será tu destino– pero te conformas
con la latencia de su idioma.
Ahora como el asceta, sientes a lo lejos el aleteo de la música
y el ángel que presagia desdichas se ríe de tu oficio.
No queda más por hacer, verás a tus muertos
y en tu lugar reinará la nada.

MARÍA DE MAGDALIA

¿De qué  país vienes mujer,
tan cóncava y oscura?
¿A qué sueño te aferras? di a qué sueño
¿Qué camino tomaste
tan sólo vestida de palabras?
y llegas a mí como vuelve una belleza antigua, como
una belleza heredada por el abuelo,
como un recuerdo para sorprenderme del olvido;
llegas a mí como regresa el recuerdo del vino
a poner en mi boca tu humedad y así darme
la certeza de estar vivo.

UN HOTEL Y UNA LUNA

Como cualquier tango que te desgarre el alma,
no temas ensuciar tu cuerpo conmigo
entrégate al gozo del fuego;
y justo en el momento de tenue luz
no mires al poniente
porque no habrá retorno a la mortalidad.

EPITAFIO

En el crepitar de esta alta noche, sucumbió la voluntad del poeta
hay un verso que no escribió
unos labios que no besó
de las estaciones de tren nunca partió
su destino no fueron las grandes campañas militares, ni volvió
a su patria cargado de gloria
su pecho sólo cargó un desamor
inviernos primaveras y veranos, nada hicieron de él
la tristeza fue su carruaje.

Tú, transeúnte que lees estas palabras
y que en tu habitación tienes libros polvorientos
sigue tu camino, anda, limpia el mármol de tus mayores
que bajo esta acacia ya no crepitan las voces del universo.

CANCIÓN

Te cambio la dulzura de un ángel junto al cerezo
la tristeza de un hombre que creció viendo el mar
las miserias que el mundo ha dejado en mi, o yo en dejado en el mundo
el recuerdo del canto de un ruiseñor a la hora de la siesta
un libro de poemas (está sobre la mesa de noche)
la lentitud de las palabras del abuelo
la franqueza de unos ojos que me vieron por primera vez
(aquella madrugada llovía, no recuerdo si fue madre o la noche quien me acogió)
Te entrego el terror al papel en blanco
las noches de insomnio de todos mis mayores
el deseo  de ver un sol portugués (la lengua lusitana, es ese mismo sol)
Te doy el olor de una flor que me recuerda tu dolor, la luz, la locura.
las paz que me da el rocío
la melancolía de cada uno de mis desamores (acaso, tú los eres todos)
Una tarde de domingo (el tedio, la lejanía, la soledad, la despedida de tu mejilla)
Permíteme regalarte esas pequeñas sorpresas del destino (¿será eso que
equívocamente llamamos azar?)
el egoísmo, la desidia, y la demencia de estos atiborrados versos.
Todo esto te doy, sí, todo esto a cambio de que me lleves, como aquella noche,
 al mejor lugar del mundo.

AL FINAL

 De los ojos de los poetas
saltan gusanos que asustan a los dioses,
las lágrimas atracan en la hiel de la locura
y el centro de la tierra escucha cada palabra.
¡Qué es un poeta sino una hidra
dispuesta a envenenarnos el sueño banal
de esto llamado vida?

CUANDO EN NOCHES.

Cuando en noches nos visita el insomnio
Las horas  nos traen voces lejanas
sólo interrumpe su hablar el delicado roce de la hoja
es un darle paso a otro mundo a otra sumatoria.

El hermoso universo es el mismo, cambia la voz,
lo dicho en la intimidad; algo queda en el tedioso
susurro de la memoria, esa senda costumbre nuestra
de apropiarnos de todo.

¿Qué tienen los libros, qué misterioso sino ocultan
que se parecen a los árboles?

INSCRIPCIÓN SEPULCRAL

He visto al dorado ocaso alto por el jardín filtrarse.
He visto a Saramago y al dios de Saramago.
He bebido del pecho de Whitman,
como todas las criaturas del universo han bebido.
He visto a Job dividirse en tres.
He amado a todas las mujeres y probado la miel de unas cuantas.
He visto al abuelo sembrar el cerezo y he visto al cerezo ver morir al abuelo.
He visto la cara última de la cicuta.
He sido la noche y su laboriosa complicidad.
He visto la cara oculta de las treinta monedas.
He sido el horno, el pan, la boca, la satisfacción, el hambre.
He sido los amores de Aracne y la ira de Atenea.
Fui dueño de todas las miserias: las de los hombres y las de los dioses.
He visto a Dios confundir los idiomas y destruir ciudades con fuego.
He visto nacer a Ra y he concebido el Océano.
El viejo Caos me buscó para que erigiéramos el orden.
He sido el tálamo donde Ulises talló su amor
y he sido las manos que tallaron el tálamo.
He sido el hilo con que Penélope tejió y destejió el tiempo.
Fui la cifra de una causa,
Y ahora, soy materia del habitual olvido.

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