La llegada del poema es múltiple. A veces se organiza alrededor de una palabra clave; o bien, la mayoría de las veces, progresa como una ola que desarrolla su turbulencia de imágenes y de palabras. Sí, a veces, palabra núcleo; cayendo copiosa; atropellando el vocabulario para encontrarse más adelante. Pero más aún: levantamiento del adentro; movimiento en pos de sus ritmos, de su forma-vocablos. Andrée Chedid (Francia)
lunes, 18 de junio de 2012
Cuando Los Ángeles Lavan El Tejado Del Cielo (1er Puesto - Concurso de Poesía Joven Del Magdalena 2012)
Samuel López Suarez (Santa Marta 1979)
Al leer los poemas de este poeta samario, encuentras la sensibilidad de un ser humano que ha aprendido a esconderla por esa prisa con que corren los días y no nos deja tiempo para reconocernos en un recuento nocturno de lo vivido o sobrevivido, pero al mismo tiempo, ves como esa sensibilidad (típica del poeta) se purifica en ese rincón del alma donde se encuentra agazapado y sale por su fuerza propia en los versos, en la música que nos regala su poesía.
BREVE PREFACIO
He aquí la luna y el aleteo de la libélula,
aquí el destino de un hombre, destino
que ha sido de otros, aquí la noche: juguete
de amantes y ladrones del tedio.
¿A qué combinar las fuerzas del universo, a qué la espera?
Cada uno busca la poesía como el ciego los labios amados.
PESSOA, POESÍA
La timidez de la luna nueva, sentenciosa como la fecha en el mármol,
en vano sabrá lo breve de nuestros siglos,
en vano también habremos agotado el sabor de la cicuta,
el filo del puñal en la espalda de un emperador,
el dolor en las manos de aquel hermoso judío
y el hastío de tantos años acumulados.
Tampoco servirá la bendición de madre cada mañana,
y mucho menos que los pájaros dibujen esplendores en los aires
para guiar a los muertos
si no vamos al encuentro de la poesía, que nos salvará del olvido,
esa que como suave viento sólo la expresan los cielos
cuando están en su virtud suprema.
TARDES
El viento pasa y se lleva la memoria de los árboles,
la lluvia llega para lavar la casa
sucia de palabras desdeñadas.
Te imaginas un lejano país que amas,
–sabes que no será tu destino– pero te conformas
con la latencia de su idioma.
Ahora como el asceta, sientes a lo lejos el aleteo de la música
y el ángel que presagia desdichas se ríe de tu oficio.
No queda más por hacer, verás a tus muertos
y en tu lugar reinará la nada.
MARÍA DE MAGDALIA
¿De qué país vienes mujer,
tan cóncava y oscura?
¿A qué sueño te aferras? di a qué sueño
¿Qué camino tomaste
tan sólo vestida de palabras?
y llegas a mí como vuelve una belleza antigua, como
una belleza heredada por el abuelo,
como un recuerdo para sorprenderme del olvido;
llegas a mí como regresa el recuerdo del vino
a poner en mi boca tu humedad y así darme
la certeza de estar vivo.
UN HOTEL Y UNA LUNA
Como cualquier tango que te desgarre el alma,
no temas ensuciar tu cuerpo conmigo
entrégate al gozo del fuego;
y justo en el momento de tenue luz
no mires al poniente
porque no habrá retorno a la mortalidad.
EPITAFIO
En el crepitar de esta alta noche, sucumbió la voluntad del poeta
hay un verso que no escribió
unos labios que no besó
de las estaciones de tren nunca partió
su destino no fueron las grandes campañas militares, ni volvió
a su patria cargado de gloria
su pecho sólo cargó un desamor
inviernos primaveras y veranos, nada hicieron de él
la tristeza fue su carruaje.
Tú, transeúnte que lees estas palabras
y que en tu habitación tienes libros polvorientos
sigue tu camino, anda, limpia el mármol de tus mayores
que bajo esta acacia ya no crepitan las voces del universo.
CANCIÓN
Te cambio la dulzura de un ángel junto al cerezo
la tristeza de un hombre que creció viendo el mar
las miserias que el mundo ha dejado en mi, o yo en dejado en el mundo
el recuerdo del canto de un ruiseñor a la hora de la siesta
un libro de poemas (está sobre la mesa de noche)
la lentitud de las palabras del abuelo
la franqueza de unos ojos que me vieron por primera vez
(aquella madrugada llovía, no recuerdo si fue madre o la noche quien me acogió)
Te entrego el terror al papel en blanco
las noches de insomnio de todos mis mayores
el deseo de ver un sol portugués (la lengua lusitana, es ese mismo sol)
Te doy el olor de una flor que me recuerda tu dolor, la luz, la locura.
las paz que me da el rocío
la melancolía de cada uno de mis desamores (acaso, tú los eres todos)
Una tarde de domingo (el tedio, la lejanía, la soledad, la despedida de tu mejilla)
Permíteme regalarte esas pequeñas sorpresas del destino (¿será eso que
equívocamente llamamos azar?)
el egoísmo, la desidia, y la demencia de estos atiborrados versos.
Todo esto te doy, sí, todo esto a cambio de que me lleves, como aquella noche,
al mejor lugar del mundo.
AL FINAL
De los ojos de los poetas
saltan gusanos que asustan a los dioses,
las lágrimas atracan en la hiel de la locura
y el centro de la tierra escucha cada palabra.
¡Qué es un poeta sino una hidra
dispuesta a envenenarnos el sueño banal
de esto llamado vida?
CUANDO EN NOCHES.
Cuando en noches nos visita el insomnio
Las horas nos traen voces lejanas
sólo interrumpe su hablar el delicado roce de la hoja
es un darle paso a otro mundo a otra sumatoria.
El hermoso universo es el mismo, cambia la voz,
lo dicho en la intimidad; algo queda en el tedioso
susurro de la memoria, esa senda costumbre nuestra
de apropiarnos de todo.
¿Qué tienen los libros, qué misterioso sino ocultan
que se parecen a los árboles?
INSCRIPCIÓN SEPULCRAL
He visto al dorado ocaso alto por el jardín filtrarse.
He visto a Saramago y al dios de Saramago.
He bebido del pecho de Whitman,
como todas las criaturas del universo han bebido.
He visto a Job dividirse en tres.
He amado a todas las mujeres y probado la miel de unas cuantas.
He visto al abuelo sembrar el cerezo y he visto al cerezo ver morir al abuelo.
He visto la cara última de la cicuta.
He sido la noche y su laboriosa complicidad.
He visto la cara oculta de las treinta monedas.
He sido el horno, el pan, la boca, la satisfacción, el hambre.
He sido los amores de Aracne y la ira de Atenea.
Fui dueño de todas las miserias: las de los hombres y las de los dioses.
He visto a Dios confundir los idiomas y destruir ciudades con fuego.
He visto nacer a Ra y he concebido el Océano.
El viejo Caos me buscó para que erigiéramos el orden.
He sido el tálamo donde Ulises talló su amor
y he sido las manos que tallaron el tálamo.
He sido el hilo con que Penélope tejió y destejió el tiempo.
Fui la cifra de una causa,
Y ahora, soy materia del habitual olvido.
sábado, 9 de junio de 2012
10 POEMAS DE MISTERIO Y TIEMPO (3er Puesto - Concurso De Poesía Joven Del Magdalena 2012)
POÉTICA
Lee en
voz apenas audible
para
izar tu voz en verso ajeno,
amárrate
a su música de febril encanto
de canto
fértil que crece y crece,
coro
altisonante, en aladas páginas
de
mundos solemnes corazón del poeta.
Piérdete
en bellezas que ojos desconocen
que
oídos envidian, elévate, y en el éter,
reconócete
sonámbulo en el laberinto
entretejido
de misterio y tiempo.
Si es la
tarde un asalto de palabras,
saetas
certeras emboscando el alma,
persigue
el poema, esquiva poesía,
hasta
izar tu voz en tu propio verso.
EL HUÉSPED
UNA MUJER
ESPERO
Una mujer espero
ella todo lo
posee nada le hace falta
¿Y yo qué tengo para ella?
¿Qué puede ofrecerle un poeta
que mide el tiempo con canciones
y lee el mundo y el espacio estelar
como un libro divino inconcluso
y olvidado por un autor anónimo
desconocido moribundo?
Una mujer espero
y en la espera que me hostiga
a asomarme a la ventana
donde el mundo pasa menos ella
me vuelvo brasas para sus sueños
combustible para su fe
oráculo con buenos augurios.
Una mujer espero
y nada puedo brindarle
acaso este cuerpo para reconocerse
como un espejo hecho de carne y alma
Acaso un misterio que ella misma desconoce
un acertijo que sólo el amor
en su incomprensible inmortalidad
puede resolver con la curiosidad
de un dios conmovido.
Que así sea.
¿Quién
es ese que dice yo
usándote
y
después te deja sola?
Rafael Cadenas
Está ahí
dentro
poblando
la miseria
viviendo
la dicha,
en
cambio tú,
pobre
montón de carne,
vulnerable
al inclemente vaho del tiempo,
te
entregas a sus caprichos
en busca
de placeres
para
alimentar la memoria
y el
olvido,
hasta
que la noche última
se lleva
a tu habitante
volviéndote
comida
para gusanos
polvo
universal
inerte,
estéril,
sin
nombre.
TENUE SAXO DE UNA NOCHE DE DICIEMBRE A
LOS 23 AÑOS
Acudo
a ti arte de la poesía
tú
que sabes de remedios…
Konstantinos Kavafis
El
viento ha traído
desde
los cerros lejanos
un
recuerdo superviviente
a las
dagas del tiempo:
puedo
acariciar los nombres
de cada
infancia escondida
en la
trastienda de la memoria,
escuchar
el milagroso prodigio
de las
risas y las miradas furtivas
hacia
una niña que desarrollaba
en su
cuerpo la forma del amor,
vuelvo a esconderme en el silencio
muy mío
de entonces
justo
detrás de los sueños
donde
nadie supo encontrarme,
he inventado
de nuevo
el árbol
para treparme,
el mar
para fugarme,
la
lluvia para escanciarla en mi piel
con ese
regocijo de los días
cuando
el tiempo no solía transcurrir
cuando
aún no sabía de remedios.
Sólo
queda esto
verme en
este espejo
la
nostalgia fatigosa
que
estos años carga,
ver cómo
todo se ha ido
cómo
hemos cambiado
cómo
vamos muriendo.
EVOCACIÓN DE LAS COSAS
Más
allá del azar y de la muerte
duran,
y cada cual tiene su historia,
pero
todo eso ocurre en esa suerte
de
cuarta dimensión que es la memoria.
Jorge Luis Borges
I
El árbol
que creció
tan
lejano ahora en el patio de mi infancia
sigue
floreciendo en la memoria
sus
raíces ya son tierra y sus ramas
ya son
cielo y vuelo de pájaro
pero
perdura en la misteriosa vanidad
del
recuerdo, las cosas se eternizan
en la
sagrada memoria de los hombres,
nada
perdido en las sombras del olvido
posesión
única como regalo divino,
un
antiguo tesoro,
una
pieza de colección.
II
Hay
cosas que vemos detrás del velo
de un
pasado que parece imaginado
y hablan
de nosotros como nosotros hablamos
de
nuestra niñez ya inmaculada por el tiempo;
cosas
que, quizá, cuando la humanidad sea
polvo y
cenizas en un viento sin rumbo
relaten
historias míticas en un idioma
caduco
hecho de vagas remembranzas,
así los
hombres también perduramos
en la
indisoluble memoria de las cosas.
POEMA DE NOCHE
El poema
que escribo
sale de
noche a pasear sueños,
se viste
de silencios y entre las cosas dormidas,
la tele,
la cocina, la nevera y su terco ronquido,
deambula
sonámbulo como ánima sin descanso.
Lo veo,
enciende un cigarrillo y se pierde
dentro
de sí como si un compromiso lo agobiara.
Arriba
la luna testigo de su vigilia
es un
adorno más, una metáfora.
La brisa
le es una lira con armonías milenarias,
una nana
para su padecer insomne.
Él,
perdido, taciturno, no me ve
o me
ignora, y huye de mis intentos
por
atrapar su atención, sentarlo a mi lado
evadirnos
de la realidad diurna
volvernos
literatura, poesía
pero
huye lentamente
lentamente
lentamente,
no se
deja escribir
hasta que
se desvanece
hasta
que, en mi cama, reposo
con la
extraña sensación
de no
volver a saber de él
quién
sabe hasta cuándo.
Pienso
en él y lo compadezco
se cree
una pesadilla andante.
CANTAR DE LA MEMORIA HAMBRIENTA
(NOCTURNO 5)
Como el
mendigo
que con
vergüenza y humildad
pide una
limosna al transeúnte indiferente
para
alimentarse con un mendrugo de pan
y recibe
a cambio el abandono de Dios
aunque
su fe iguala su desdicha,
así,
todas las noches con su peso de silencios
contemplo
tu fotografía, bello paisaje
de
tierras lejanas y fresca sonrisa
para
alimentarme con una migaja de ti
y no
morir de tu ausencia.
CENTRO
Es tu
centro el centro de mi universo.
Vértice
vórtice para huir fluyendo,
dulce
portal donde se restaura el Caos,
donde
habita la unidad,
donde
encuentro el amor elemental como el pan
y lo
puedo tocar, sostenerlo entre mis dedos
como
agua clara como avecilla asustada.
Es tu
centro el centro de mi universo
laberinto
del Minotauro donde me pierdo
y muero
dichoso en manos de la bestia.
TERQUEDAD
DE LA MEMORIA
Et tout le reste est littérature
Paul
Verlaine
El niño que en quinto grado
imagina tener el poder de detener el tiempo
para levantarse de su pupitre
caminar cuatro hileras y dos filas
al otro extremo del salón de clase,
junto a la ventana que da al palo de mango
y darle un beso a la niña que le gusta,
no sabe que esas escenas escolares
se volverán un dulce vino, añejado
por la terquedad de la memoria,
y que volver a ellas ya pasados los años
le devolverán toda su inocencia.
Después del beso vuelve al pupitre
y la profesora continúa dictando;
y no hay más que recordar, puesto que,
la poesía sabe que lo demás
no es literatura.
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