La llegada del poema es múltiple. A veces se organiza alrededor de una palabra clave; o bien, la mayoría de las veces, progresa como una ola que desarrolla su turbulencia de imágenes y de palabras. Sí, a veces, palabra núcleo; cayendo copiosa; atropellando el vocabulario para encontrarse más adelante. Pero más aún: levantamiento del adentro; movimiento en pos de sus ritmos, de su forma-vocablos. Andrée Chedid (Francia)
domingo, 4 de noviembre de 2012
PARQUES
Empuña su espada pacífica a su diestra.
Tiene actitud de postales.
Indiferente el transeúnte.
Fotógrafo el turista
posa y manifiesta su paso
por este parque con nombre de prócer
que para el provinciano es otro,
el nombre, no el parque,
un nombre más eterno
que sucede a diario,
en cualquier parque del mundo:
Encuentros, desencuentros,
amores, desamores,
junturas, soledades,
inicios y finales,
síes y noes,
plácidas pláticas
contemplativos silencios,
susurros como caricias,
caricias como susurros,
besos besos besos,
obscenidades de cuerpos enredados
en los besos, que no se sabe
dónde comienza el uno dónde termina el otro
que se repiten en las bancas
a pleno sol, a plena luna
a pleno parque, a plena dicha
Sin embargo el prócer
en su alto pedestal
exhibe con orgullo, pecho altivo,
una paloma inocente sobre su cabeza
de paso como turista,
y una medalla de olvido
chorreando sobre la solapa.
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